Imagen:liveclubs
El origen de la noche de San Juan, en su tradición pagana se celebraba
la llegada del solsticio de verano, la noche mas corta del año.
A los solsticios en la antigüedad helénica, se les llamaban "Puertas".
La noche del solsticio de verano se la conoce como
La Puerta de los hombres, a diferencia del solsticio de invierno
que es conocida, según la tradición, como La Puerta de los Dioses.
Para conmemorar esta noche, se encendían hogueras
con las que se pretendía purificar y dar fuerza al sol.
Hay numerosas leyendas a cerca de esta noche mágica:
Se liberan de sus prisiones y ataduras las reinas moras, las princesas y las infantas
cautivas merced a un embrujo, ensalmo o maldición;
braman los cuélebres (dragones) y vuelan los "caballucos del diablo); salen a dar un
vespertino paseo a la luz de la Luna seres femeninos misteriosos en torno a sus infranqueables
moradas; afloran enjambres de raros espíriturs duendiles amparados en la oscuridad
de la noche y en los matorrales, las gallinas y los polluelos de oro,
haciendo ostentación de su áureo plumaje, tientan a algún que otro incauto codicioso
a que les echen el guante. Las mozas enamoradas sueñan y adivinan
quién será el galán que las despose. Las plantas venenosas pierden su dañina
propiedad, y en cambio, las salutiferas centuplican sus virtudes. Los tesoros se remueven
en las entrañas de la Tierra y las losas que los ocultan dejan al descubierto parte del mismo,
para que algújn pobre mortal deje de ser al menos pobre. El rocio cura ciento y una
enfermedad y ademas hace más hermoso y joven a quien se embadurne todo el cuerpo;
los helechos florecen al dar las doce campanadas...
Que se cumplan todos los deseos que hayáis formulado en esta noche mágica
Quidam
la llegada del solsticio de verano, la noche mas corta del año.
A los solsticios en la antigüedad helénica, se les llamaban "Puertas".
La noche del solsticio de verano se la conoce como
La Puerta de los hombres, a diferencia del solsticio de invierno
que es conocida, según la tradición, como La Puerta de los Dioses.
Para conmemorar esta noche, se encendían hogueras
con las que se pretendía purificar y dar fuerza al sol.
Hay numerosas leyendas a cerca de esta noche mágica:
Se liberan de sus prisiones y ataduras las reinas moras, las princesas y las infantas
cautivas merced a un embrujo, ensalmo o maldición;
braman los cuélebres (dragones) y vuelan los "caballucos del diablo); salen a dar un
vespertino paseo a la luz de la Luna seres femeninos misteriosos en torno a sus infranqueables
moradas; afloran enjambres de raros espíriturs duendiles amparados en la oscuridad
de la noche y en los matorrales, las gallinas y los polluelos de oro,
haciendo ostentación de su áureo plumaje, tientan a algún que otro incauto codicioso
a que les echen el guante. Las mozas enamoradas sueñan y adivinan
quién será el galán que las despose. Las plantas venenosas pierden su dañina
propiedad, y en cambio, las salutiferas centuplican sus virtudes. Los tesoros se remueven
en las entrañas de la Tierra y las losas que los ocultan dejan al descubierto parte del mismo,
para que algújn pobre mortal deje de ser al menos pobre. El rocio cura ciento y una
enfermedad y ademas hace más hermoso y joven a quien se embadurne todo el cuerpo;
los helechos florecen al dar las doce campanadas...
Que se cumplan todos los deseos que hayáis formulado en esta noche mágica
Quidam
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